Son 25 años de historia en común. La pasión por ayudar a las personas a prosperar fue lo que unió a Banco Santander y TECHO-Chile. La emergencia en medio de las inundaciones del invierno de 1997 fue el inicio de esta relación. En ese momento, Santander apoyó a dos mil familias. Y ese trabajo en conjunto los marcó profundamente.
La motivación de Santander y sus colaboradores por mejorar la vida de miles de chilenos llevó al Banco a generar iniciativas para contribuir, mediante la construcción de viviendas de emergencia ante diversos desastres naturales, con campañas para apoyar a las familias durante los inviernos y ayuda a los más golpeados por la pandemia.
Pero, sabiendo que una herramienta esencial para prosperar es la educación, ambas entidades generaron las Becas Santander de Oficio, que desde su inicio en 2018 han impactado positivamente la vida de dos mil personas. Específicamente, este año serán cerca de 680 los beneficiados, en especial mujeres jefas de hogar.
“Buscamos justamente que quienes reciban estos beneficios sean actores protagónicos con capacidad de construir sus destinos y transformar los desafíos en oportunidades. Son acciones sólidas, que les permiten estar mejor preparados para optar a trabajos más calificados o, incluso, embarcarse en un proyecto propio”, afirma Soledad Ramírez, gerente Oficina de Finanzas Sostenibles y Cambio Climático de Santander.

Así lo revelan también las palabras de María Tapia, dirigente de la comunidad Villa La Pradera, de Viña del Mar, en la región de Valparaíso. “Me cambió la vida el curso de repostería. Antes tenía que pedirle a otra persona que me decorara las tortas y perdía buena parte de los ingresos. Ahora hago todo yo, lo que me ha permitido aumentar los ingresos”, sostiene.
En línea con la importancia de la educación, Santander ha desarrollado los centros de aprendizaje “Techo para Aprender”, ubicados en diversos campamentos a lo largo del país, que cuentan con infraestructura y materiales necesarios para ejecutar distintas actividades enfocadas en niños, niñas y adolescentes para que así puedan seguir avanzando, no solo en su aprendizaje, sino también en su desarrollo socioemocional. Al respecto, el capellán SJ Héctor Guarda, destaca a Santander por la “fidelidad de caminar y confiar en TECHO estos 25 años. Con el programa “Techo para Aprender” llegamos cada día a cientos de niños y niñas que requieren educación en circunstancias que el sistema los ha marginado. Hoy nuestro compromiso con Chile se mantiene más vivo que nunca para seguir trabajando por quienes por años han sido excluidos de la sociedad”, añade.