La biodiversidad en nuestro país es uno de los patrimonios más importantes que tenemos. Bajo esa consigna, Banco Santander, en conjunto con sus clientes, han respaldado cinco proyectos de conservación de la flora y fauna gracias al programa “Huella de Carbono”.
Chile es mundialmente reconocido por sus impresionantes paisajes naturales y una importante diversidad geográfica. En esta línea, la preservación de ecosistemas toma una especial importancia en un contexto en el que el calentamiento global aparece como una de las principales amenazas.
Es crucial actuar desde ya y movilizar a la mayor cantidad de actores posibles en defensa del patrimonio natural que tenemos como país. Es por esto que Banco Santander y sus clientes se han transformado en agentes de cambio a través de múltiples iniciativas.
En 2019, el banco lanzó el programa “Huella de Carbono”, que consiste en la mitigación voluntaria de las emisiones de carbono generadas por los clientes mediante las compras realizadas con sus tarjetas Santander. Esta iniciativa ha permitido la protección de cinco proyectos de conservación ambiental chilenos a la fecha.
Matías Martino, gerente Negocios Personas de Banco Santander, afirmó que “al igual que en el caso de Santander, la preservación de la biodiversidad es de suma importancia para nuestros clientes. Este programa surge como una manera de contribuir a la protección de la flora y fauna de nuestra nación, y ha demostrado resultados positivos. Esto refleja la excelente acogida por parte de nuestros clientes y su voluntad de participar en este esfuerzo conjunto”.
Zonas beneficiadas por el programa “Huella de Carbono”
La desertificación es uno de los principales problemas que enfrenta nuestro país a raíz del cambio climático. El programa “Huella de Carbono” de Banco Santander ha permitido recuperar zonas como el Parque Hacienda el Durazno de la Región de Coquimbo, a cargo de Fundación Llampangui. A través de esta iniciativa se realizó la construcción de un cerco y corredores biológicos para la fauna nativa, con el fin de restaurar 250 hectáreas y conservar el bosque relicto de arrayán en la zona.
La Fundación Huilo-Huilo ha sido otro actor beneficiado, ya que se logró financiar parte de la implementación del sistema de monitoreo para la reintroducción del huemul al ecosistema silvestre en la Región de Los Ríos.
Además, recientemente los aportes de los clientes de Santander han sido destinados a la restauración del bosque nativo en la Reserva Costera Valdiviana, a través de la construcción de un vivero forestal de conservación, también en la Región de Los Ríos.
Por otro lado, este programa ha permitido que vuelva a nacer el pilpilén en la zona centro del país, un ave que está bajo amenaza y habita en el Humedal del Río Maipo, en la Región de Valparaíso.
El sur de Chile no se queda atrás, ya que el Parque Karukinka en la Región de Magallanes recibe el respaldo en la protección de bosques y turberas de incendios forestales, acampe ilegal y acciones derivadas del turismo no regulado en este proyecto que es impulsado por WCS.
¿Cómo aportar siendo cliente?
Para ayudar a combatir esta problemática, Santander estima la huella de carbono que generan los clientes, en base a las compras que realizadas con sus tarjetas Santander. Esta huella de carbono se calcula utilizando como base un índice desarrollado a nivel internacional y ajustado al contexto local, verificado por KPMG Chile.
La entidad brinda a sus clientes la opción de conocer y de manera voluntaria contrarrestar la huella de carbono generada por sus compras. Para esto, los clientes tienen dos alternativas: contribuyendo a proyectos medioambientales chilenos como los anteriormente mencionados o comprando bonos de carbono certificados internacionalmente, que sirven para financiar el desarrollo de proyectos amigables con el medioambiente.

