La irrupción tecnológica ha transformado dramáticamente al sistema financiero. Los clientes conectados pasaron desde cinco millones a más de 20 millones en la última década. Hay un menor uso del efectivo y las transacciones con cheques se desplomaron desde 72 millones en 2016 a 17 millones en 2021, de acuerdo con datos entregados por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). En el mismo período, las transferencias de fondos y otros pagos por internet de personas naturales crecieron desde 254 millones a 873 millones. Ir al banco es una experiencia diametralmente distinta a la del siglo XX y visitar físicamente una sucursal es una actividad mucho menos frecuente.
La digitalización ha permitido que los bancos ofrezcan servicios más personalizados y eficientes. Las transferencias internacionales, por ejemplo, que solían tardar días, ahora se pueden realizar en minutos. Además, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático están siendo utilizados para ofrecer productos financieros adaptados a las necesidades individuales de los clientes.
La revolución digital ha transformado el modo en que interactuamos con el mundo y el sistema financiero no ha sido la excepción. La banca en línea, las aplicaciones móviles y las transacciones instantáneas son solo algunas de las tendencias que han mejorado nuestra experiencia bancaria. Sin embargo, con la comodidad también vienen los riesgos.


En este contexto de un rápido avance de la tecnología, los ciberdelincuentes buscan aprovecharse de los usuarios menos precavidos. Estos son algunos de los delitos más comunes.
1. PHISHING: Los estafadores envían correos electrónicos que imitan a entidades bancarias solicitando datos personales. Estos correos suelen tener errores gramaticales o direcciones de remitente sospechosas.
2. SMISHING: A través de SMS, los delincuentes intentan obtener información confidencial. Estos mensajes suelen contener enlaces a sitios web falsos que solicitan datos personales.
3. VISHING: Las llamadas telefónicas fraudulentas son una táctica común. Los estafadores se hacen pasar por empleados del banco y solicitan información confidencial.
4. QRISHING: Los códigos QR fraudulentos pueden redirigir a los usuarios a sitios web maliciosos donde se les pide que proporcionen datos personales.
5. RANSOMWARE: Es un tipo de malware que cifra los archivos del usuario y exige un rescate para desbloquearlos. Los bancos son objetivos comunes debido a la valiosa información que poseen.
Recomendaciones para Navegar Seguro
Actualizaciones: Mantén tus dispositivos y aplicaciones al día. Las actualizaciones suelen incluir parches de seguridad para vulnerabilidades conocidas.
Conexiones Seguras: Evita usar redes Wifi públicas para transacciones bancarias.
Monitoreo: Revisa regularmente tus estados de cuenta y notifica cualquier actividad sospechosa.
Protege tu información y tu equipo: Mantén tus aplicaciones actualizadas, desactiva las conexiones automáticas a redes Wifi, asegúrate que las páginas web comiencen por ”https:” y siempre que sea posible activa el bloqueo automático de tus equipos.
Sé discreto online y en público: Presta atención a lo que publicas y configura los ajustes de seguridad para limitar el acceso a personas desconocidas y no compartas información con aquellos que no puedas identificar.
Piensa antes de hacer clic o responder: Tómate un tiempo antes de responder tus mensajes o correos electrónicos y asegúrate de comprobar la dirección de correo del remitente. Ten cuidado con los correos o mensajes que te piden hacer clic o descargar un archivo.
Mantén tus contraseñas seguras: Evita tener la misma contraseña en todas tus cuentas. Intenta utilizar contraseñas que contengan símbolos, números y letras, o sean palabras compuestas. Recuerda que lo que hace fuerte una contraseña es la longitud.
Si sospechas, repórtalo: Si recibiste algún mail con información que no has solicitado, o te llamaron pidiendo tus datos personales en nombre de tu banco, repórtalo a través de los canales oficiales.
La era digital ha traído consigo innumerables beneficios en el mundo financiero, pero también nuevos desafíos. Estar informado y ser proactivo en la protección de la información personal es esencial en estos tiempos modernos.
